8 Cosas que no te enseñan en la escuela de enfermería
- Debes ser capaz de respirar por la boca
Esto tiene que estar en el número uno de la lista. Nadie puede aguantar la respiración durante todo el tiempo que tiene que permanecer en la habitación de un paciente. Y con lo que tenemos que oler, seguro que no puedes respirar a través de la nariz. Créeme, aprende a respirar por la boca.
- Nunca podrás volver a faltar al trabajo
No porque no puedas o quieras físicamente. No volverás a faltar al trabajo sin sentir algún tipo de remordimiento o culpa, ya sea impuesto por ti o por tus compañeros de trabajo. Afrontémoslo, la falta de personal es un problema permanente.
- Si no tienes una personalidad del tipo A, la vas a desarrollar
Todavía no he encontrado a ninguna enfermera que no se desmorone un poquito cuando las cosas no están programadas a su gusto. Es verdad que muchos días no salen según lo planeado, pero siempre tenemos un plan B. Cuando nos falla el plan B es cuando empezamos a ponernos un poco tensas.
- Nunca verás tu salud o el cuidado de tu salud de la misma manera
¡Especialmente en todo lo relacionado con los medicamentos! Debido a que administramos los cuidados que también recibimos, tendemos a mirarlo todo con lupa. La parte positiva es que el miedo que mucha gente tiene a los medicamentos no es aplicable en nuestro caso.
- Tu banco emocional estará vacío siempre
Algunas veces resulta extenuante. En un solo día viajarás por todo el abanico de emociones, tanto por tu paciente como por ti. Reirás como nunca y llorarás intensamente durante el mismo turno. Y lo harás a menudo.
- Salir del trabajo a tu hora es un mito
Simplemente porque el horario indique que me marcho a las 7 de la tarde, no significa que físicamente abandone el lugar a esa hora. Más bien uno o dos horas después. ¡Y eso si todo va bien! Nuestros amigos y familiares que no se dedican a esta profesión no consiguen entender este punto.
- Reflejos felinos y coordinación mano-vista
Desde coger a un paciente que está cayendo a esquivar algo volador, evitar proyectiles de vómito o tener pulso para colocar un intravenoso, necesitas tener una gran conciencia corporal.
- Cara seria
Ya sea para no llorar delante de un compañero (o de un proveedor no muy amable), no reírte de tu paciente o familiar cuando cometen una equivocación graciosa o mantener una mirada indiferente cuando al entrar en la habitación de un paciente te envuelve una nube tóxica, la profesionalidad significa aparentar y actuar profesionalmente.